La Oficina Económica y Cultural de Taipéi en España, en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Genalguacil (Málaga), inauguró el pasado sábado 30 de octubre la exposición en dúo “Doubling Ecologies” de los artistas Wan-Jen Chen (Taiwán) y Juan Zamora (España), comisariada por Blanca de la Torre.
La inauguración ha sido un éxito, contando con la afluencia de más de 150 personas al acto de apertura que ha tenido lugar en la sede del Museo. Los visitantes han quedado sorprendidos de los proyectos presentados en el pueblo-museo de Genalguacil.
Doubling ecologies, un proyecto comisariado por Blanca de la Torre con los artistas Juan Zamora y Chen Wan-Jen, cuestiona la actitud antropocéntrica sobre el entorno natural apelando a la construcción de nuevas narrativas de coexistencia interespecies, y a la búsqueda de modos más empáticos de relación con nuestro entorno.
Desarrollado en las ciudades de Taipéi y Genalguacil, pone sobre la mesa el delicado punto de inflexión actual: la colisión entre el compromiso ecosocial con la actitud de una civilización frágil y ecocida que perpetúa la esquizofrenia de un individuo que se cree emancipado de su entorno natural.
El formato escogido para el desarrollo de Doubling Ecologies en Taiwán fue el de dos exposiciones unidas bajo el símbolo griego del Ouroboros, signo que representa el principio y el final, el ciclo de la vida, la renovación y regeneración. Aquí se retoma para agrupar los temas que los artistas abordan en la muestra, centrados en el papel que jugamos como parte del ecosistema.
En el caso de Juan Zamora, lleva casi dos años de investigación sobre Genalguacil y sus plantas endémicas a partir de un exhaustivo trabajo de campo desarrollado tras largas temporadas en el pueblo. Su proyecto parte de una gran pintura realizada en el año 2014 en el tejado del museo donde se desarrolla la muestra, una gran sombra de un buitre autóctono conocido como quebrantahuesos, una especie en peligro de extinción debido a la acción antropogénica. Apoyándose en la simbología de este animal asociada a la sostenibilidad -dada la labor de limpieza del medio ambiente que esta ave acomete-, el artista desarrolló una acción de recogida de basura del río (Limpiar un río, 2019), un dibujo y el registro fotográfico.
Además, en esta exposición Zamora introduce el componente musical, como viene siendo habitual en sus últimas propuestas: la instalación Hambre (2020-2021) parte de un estudio desarrollado en Genalguacil y Taipei con árboles enfermos de los que recoge hojas agujereadas por orugas, que posteriormente toma a modo de partitura transcribiendo estos orificios a notación musical y agregando una caja de música para su interpretación.
En el caso de la obra The emergence of life (2020-2021), el artista explora las relaciones coexistentes y regenerativas entre la humanidad y el resto del planeta a partir de una serie de 128 dibujos de especies diversas de escarabajos y otros insectos del Valle del Genalguacil, junto con otros endémicos de Taiwán, todos ellos portadores de diversas enfermedades infecciosas que sufren los árboles. En la instalación, Todas las flores que quedan I y II, (2021) los dibujos versan sobre las especies de flora endémica de la serranía de Ronda, divididas en dos obras correspondientes a las que se encuentran protegidas y las no protegidas.
La exposición se completa con una publicación que funciona como una obra más del proyecto, con texto de Blanca de la Torre y dibujos de los dos artistas. A modo de novela experimental, Empezar por el final está a caballo entre el ensayo ficción y el libro de artista, y nos traslada al año 2031 a través de nueve historias que abordan algunas de las principales problemáticas de la crisis ecosocial del momento. Como apuntaba la escritora de ciencia ficción Ursula K. Leguin, “Cada historia debe crear sus propias reglas”, al igual que cada microhistoria aquí presenta un registro ‘fluido’ entre géneros y posee elementos comunes que, a modo de ecos, navegan entre la realidad y la ficción.
En este caso, para romper con las reglas y lógicas de nuestro sistema extractivista –de entornos naturales, de cuerpos, de especies, de culturas– se hace necesario un cambio en la cosmovisión global que dé el impulso definitivo a un proceso de transición. El proyecto apela así al arte como dispositivo para poner en jaque los sistemas de pensamiento, a pensar el conflicto desde la coexistencia y a la importancia de las propuestas alternativas al crecimiento -como el decrecimiento y el postcrecimiento- para pavimentar el camino hacia la descarbonización y emprender la transición ecosocial. En definitiva, Doubling Ecologies busca reflexionar sobre nuestros modos de ser planeta, de estar en el mundo y ser mundo.